Disculpad
que haya tardado tanto en dar señales, pero es que, además de querer desconectar un poco del mundo intenet, como ya sabéis más de un@, he estado
para arriba y para abajo estos días, entre trenes y viajes me ha resultado difícil actualizar...
Quería contaros que la
semana pasada, un día cualquiera salí muy rápida de casa y se me olvidó llevar mi móvil.... que
horror! Me sentía... incomunicada con el mundo! me faltaba algo...
Cómo puede ocurrir que estemos tan enganchados al telefono móvil? En ese
momento me dí cuenta que... Tengo un problema...
Estamos
en la era 2.0 en la que parece que todo lo tenemos que contar a los cuatro
vientos vía wasap, instagram, twiter, facebook... porque quizás, si no lo
hacemos, no lo hemos vivido tan intensamente... Realmente, ese día me sentí como
os digo, incomunicada pero a la vez, muy relajada... entendí que a veces es
bueno liberarnos, dejar nuestro smartphone y disfrutar del aquí y del ahora sin
necesidad de plasmarlo al mundo... aunque muchas veces lo hacemos para hacer
copartícipes a los que más queremos de nuestro estado, vivencia... y sin
darnos cuenta, nos metemos en una espiral en la que se convierte casi en una
necesidad que nos impide disfrutar plenamente de nuestro momento..
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