
Extrañar es
el precio que se paga por vivir
Desde mis 14 años, siempre acompañada de mi padre, asistía cada temporada a la Maestranza, se trata de un lugar al que le tengo especial cariño, no se como explicar los sentimientos que me invaden cuando entro; el recuerdo del patio de caballos, ver a los toreros entrar a rezar en la capilla antes de salir al ruedo, las charlas... es una mezcla indescriptible de entusiasmo, emoción,
respeto...
Me encanta el contraste de la arquitectura de la plaza, el blanco de sus paredes, sus laberínticas callejuelas, los colores del albero, de los capotes mezclados con esos destellos que desprende el traje de luces con cada movimiento, la bravura del toro, unas buenas verónicas, el sonido de los pájaros y de la muleta en cada lance, la magia que provoca el torero al pisar la plaza...
Me encanta el contraste de la arquitectura de la plaza, el blanco de sus paredes, sus laberínticas callejuelas, los colores del albero, de los capotes mezclados con esos destellos que desprende el traje de luces con cada movimiento, la bravura del toro, unas buenas verónicas, el sonido de los pájaros y de la muleta en cada lance, la magia que provoca el torero al pisar la plaza...
A diferencia
de Las Ventas, la Maestranza se caracteriza por el silencio, el respeto que le
tienen al torero que pisa el albero es algo fuera de lo común, por eso no te
extrañes si alguien te mira con recelo si hablas más de la cuenta...
La tradición
del lunes de feria es la noche del pescaito, así que como dios manda, después de
disfrutar de una buena tarde de toros, a disfrutar también de una mágica noche del pescaíto que nos fuimos!
Espero que los
que podáis, estéis disfrutando de una buena semana de feria. Y a los que no
podáis estar en Sevilla con este post espero haberos acercado un poquito a ella, os
animo a que vengáis a conocer nuestra semana más flamenca a los que nunca hayan
tenido la oportunidad de hacerlo!


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